UncategorizedLa menopausia no es el final

La menopausia no es el final

La menopausia no es el final

La menopausia no es el final

En un momento de la vida de la mujer, distinto en cada caso particular, los folículos de los ovarios empiezan a desaparecer.

Oficialmente no se puede establecer un año de partida, antes se decía entre los 45 y los 55, sin embargo, se pueden observar casos que salen de este margen, debido a que es un proceso muy particular. De todos modos, los cambios se producen gradualmente y lo podemos comparar con la pubertad por el desorden hormonal, pero más bien al revés, es decir, los folículos van perdiendo sensibilidad ante la estimulación de las hormonas de la pituitaria (FSH y LH).

Eso significa que el número de folículos estimulados se reduce y, en consecuencia, también disminuye el volumen de estrógeno. Por este motivo, el periodo menstrual empieza a cambiar de una forma irregular aumentando el intervalo de un periodo a otro. Todo este periodo se llama climaterio.

Con el paso de los meses, hasta unos años, insisto, cada mujer es un caso particular, el número de folículos estimulados se va reduciendo, así como la cantidad de estrógenos segregados por ellos, hasta que finalmente los periodos menstruales desaparecen por completo. Este es el momento que marca la menopausia.

Este periodo de cambios puede ir acompañado con algunos síntomas, aunque es difícil determinar cuáles se deben a los cambios hormonales y cuáles son causados por la necesidad de adaptarse.

 Las oleadas de calor, mencionadas con más frecuencia entre las mujeres, consisten en una sensación súbita de calor que recorre el cuerpo, haciendo que la cara y el cuello se enrojezca. A pesar de que tienen corta duración, tienden a repetirse muchas veces al día, a menudo por las noches acompañados de abundante sudoración y/o insomnio. En estos casos es de ayuda iniciar nuevos hábitos como realizar diferentes actividades que reducen el esteres y proporcionan relajación con actividad física moderada, por ejemplo: yoga, pilates, natación, paseos, masajes, etc.

La sequedad vaginal se suele sentir de forma especial a la hora de la penetración. Se debe a que la vagina no se lubrica suficientemente. Las mujeres que disfrutan de una vida sexual activa, constante y satisfecha tienen menos probabilidades de sufrir este síntoma. Son de gran ayuda los ejercicios Kegel, el uso de las bolas chinas, la masturbación y en casos particulares, el empleo de algunas cremas con contenido de estrógenos.

La pérdida del deseo es una de las falacias más engañosas propuesta por el antiguo paradigma centrado en el modelo coito-genital-funcional. Tanto nuestro cuerpo como nuestra mente tienen la capacidad de mantener relaciones sexuales durante toda la vida. Es cierto que los ritmos cambian, pero el único fin es la capacidad de reproducirse, lo que por su parte es solo una etapa del ciclo vital, incluso, para algunas mujeres resulta un alivio el hecho de no preocuparse por los embarazos no deseados. Las relaciones sexuales dejan de ser únicamente genitales y se transforman en una experiencia gratificante, siempre que la mujer se ocupe y permita que sea así.

La consulta sexológica aborda las dificultades que pueden surgir en esta etapa de adaptación, ofrece herramientas y apoyo a las mujeres, o a la pareja en el proceso de optimización de oportunidades para conservar su calidad de vida.

 

Milena Marinova, Sexóloga

Foto Pexels 

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